En este artículo podemos apreciar cómo se trataba a la mujer con respecto a la política y su voto en años anteriores.
En la antigua Atenas (Grecia) cuna de la Democracia, donde se expresó en toda su dimensión el mandato de la mayoría popular, los asuntos más importantes de gobierno, no se permitía la asistencia y participación femenina.
Pero cuando se hablaba de reivindicación de derechos, contra el sistema absolutista, se pensaba en los varones, y así lo expresa el propio título de la Declaración emanada de la Asamblea Nacional revolucionaria francesa: “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”, hablando de hombre en el sentido literal del término.
Pero la Revolución Francesa estaba teñida de ideales liberales, y no solo los hombres pudieron así interpretarlo.
Olimpia de Gouges, en 1791, redactó en complemento a aquella declaración francesa la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”, que no tuvo éxito práctico, y que terminó con su muerte en la guillotina, en 1793.
Como podemos ver también, en la Primera Junta había solamente hombres, esto indicaba el grado de machismo que había para que no se la considere a la mujer.
En 1792, en Inglaterra apareció un libro llamado “Reivindicación de los derechos de la mujer”, donde una representante de ese sexo, Mary Wollstonecraft, bregó por los derechos políticos de la mujer, por primera vez en el mundo.
Luego de todos estos acontecimientos, la mujer empezó poco a poco a ser tomada en cuenta hasta que en la actualidad es considerada con las mismas cualidades y preferencias que el hombre, tanto que en nuestro país nos gobierna una mujer.
Estoy de acuerdo con lo que fue sucediendo a lo largo de estos años ya que creo que todos debemos ser tomados en cuenta y no solo los hombres.
Aprender desde la infancia.
Hace 15 años
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