Servicio Militar (Parte 1)

Una y millones de cosas podríamos hablar de este tema, y no se preocupen que brindaremos más información en otros artículos pero principalmente en éste queríamos comentarle al público un poco de la historia de este durísimo servicio militar. Esto tuvo sus pros y sus contras, pero eso no les importaba a los hombres de 21 años que tenían que seguir con sus estudios un año después ya que debían dejar por 365 días sus estudios para realizar la llamada “colimba”. Por una parte fue muy positiva porque prepararían al país ante cualquier emergencia de guerra, pero los hombres que debían abandonar sus estudios deberían dejar prácticamente a sus familias de lado, ya que las verían solamente los fines de semana donde se quedarían todo el día en sus casas, pero el lunes tendrían que estar desde muy temprano en el lugar donde les tocaba afrontar este año de servicio, y pasarían la semana durmiendo allí.
La felicidad llegó en los hombres de clase 57 y 58 cuando el servicio militar pasó de ser de hombres de 21 años a hombres terminando sus estudios de 18 años; por lo tanto esas dos clases pudieron “safar” y no lo realizaron.
En aquellos años, cuando según tu documento te dirían un número para donde te tocaría asistir, los colegios se paralizaban, todos los chicos de 18 años con sus radios esperando que les toque el número más bajo posible para no perder ese año. También hasta personas muy locas que se hacían sacar todos sus dientes o se hacían problemas en su cuerpo que les impediría realizar el servicio. Me contó una vez mi padre que en la fila para hacer el examen médico los militares junto a un odontólogo iban uno por uno para observar su dentadura, y un loco que se encontraba delante de mi padre se había sacado todos sus dientes para no realiza el servicio; la gente se enloquecía y hacía cualquier tipo de locura para evitarlo.
Seguiremos con la historia de la “colimba” y sus locuras en otra ocasión.